El vino durante su elaboración necesita ser contenido en recipientes. Para ello se utilizan los toneles o barricas, que son de forma cilíndrica para almacenar los vinos durante su fermentación o envejecimiento.
Estas barricas pueden ser clasificadas por su material, tipo de elaboración, su capacidad o la cantidad de veces que fueron utilizadas para contener vinos.
Si hablamos del material entre todos los tipos de madera, almacenar vino en barricas de roble se ha consolidado como una apuesta por la calidad e identidad. El vino que envejece en esta madera pasa por diferentes cambios en su composición, debido a la transmisión de aromas que ofrece esta madera y al oxígeno que se genera a través de los poros.
Además hay otros aspectos que se involucran en el resultado final de un determinado vino como ser: el tamaño de una barrica, el tipo de madera de roble, pasando por su edad y su conserva en el paso del tiempo.
Dentro de la madera de roble hay 2 maderas destacadas: Las de roble francés y las de roble americano.
Las barricas de roble francés son aquellas en las que los aromas aportados al vino son equilibradamente especiados, son propensas a ceder más taninos. Para la fabricación de ella se desperdicia mucha materia prima y eso incrementa su costo.
Su diferencia con la barrica de roble americano está en el tipo de grano. Su crecimiento en el árbol es fundamental para la calidad de la madera. Si el crecimiento es más lento, el grano será mas fino y la madera tendrá una mejor calidad.
Este tipo de barrica es más densa, resistente y porosa. No se desperdicia mucha madera para su fabricación. Esta madera transfiere sus propiedades al vino con mayor facilidad y en menor tiempo.
Aunque el tema de las barricas sea más extenso, podrás aprenderlo mejor si realizas una visita guiada a nuestra bodega Campos de Solana y así aprender más a detalle acerca del mundo del vino.
AUTOR: VINOSCUTANDA