Muchos restaurantes cuentan con extensas cartas de vino que nos pueden llegar a confundir. Si te encuentras en esta situación te damos algunos puntos a considerar que te servirán para hacer una selección más fácil.
Tipo de vino: Una vez que la carta de vino está en tus manos, debes elegir el tipo de vino. Para ello, te puede ayudar saber el gusto de las personas que te acompañan o los platillos que pidieron; si la mayoría pidió carne, lo más sencillo será enfocarte en los vinos tintos; si la selección es únicamente para el aperitivo y acompañar algunas entradas, un vino blanco, rosado o espumoso pueden ser una buena opción.
Presupuesto: Este es un parámetro importante a la hora de hacer la selección, ya que al fijar el precio que estás dispuesto a pagar por una botella de vino se vuelve más pequeño el universo de la selección.
Ocasión: Muchas veces dejamos el vino para celebraciones, porque sabemos que cada ocasión amerita un tipo de vino diferente. Por ejemplo, si es para compartir con amigos, la situación se vuelve más relajada por la convivencia. Una vez detectado el clima de la ocasión y la compañía, podrás saber qué tipo de vino debes elegir.
Maridaje: Hay vinos que acompañan muy bien ciertos platillos, ya sea maridaje de complemento o de contraste. Una buena opción es pedir recomendación al sommelier o encargado del restaurante para maridar tus platillos o el vino que hayas seleccionado, ya que ellos conocen bien su carta y te pueden dar una orientación muy acertada.
Vinos conocidos: Si encuentras demasiadas opciones en la carta y no sabes qué escoger, puedes enfocarte en los vinos que conoces, aquellos que has probado y que te han parecido buenos, si recuerdas una o dos etiquetas que te gusten puedes dejar de complicarte.
País: El país o la región son otro punto importante que pueden facilitar la elección, ya que el universo se vuelve más pequeño todavía cuando te enfocas en una región específica.
Variedad: Siguiendo la línea del gusto y lo conocido, puedes inclinarte por una variedad de uva, si sabes cuál es tu favorita o la de tus acompañantes, tu búsqueda será más sencilla.
Nuevas experiencias: Si tu espíritu es aventurero y te aburre la monotonía, tu selección puede centrarse en los vinos que no conoces de la carta, para estas situaciones puedes recurrir a la recomendación del sommelier o el encargado del servicio.
Una vez que seleccionaste la botella de vino sólo quedan tres pasos en los que tendrás que centrar tu atención:
Si no te gusta el vino que elegiste, aprenderás de la experiencia pero si te gusta, tu elección podrá formar parte de tus futuras selecciones. ¡Así que manos a las copas y a probar!
Por Gibrana Pluma Ochoa
Revista El conocedor.com